Este fin de semana volví al bosque y recordé cuánto me calma; quise quedarme allí, entre el verde profundo y los retazos de niebla que abrazan el silencio. Paseé entre los árboles, dejé que me envolvieran. Alguien vio una cierva cruzar la carretera; ese trazado estrecho y sinuoso que no puedes seguir con la mirada, porque se esconde y reaparece como lo hace el río; ese por el que puedes caminar sin temor a ser arrollada por la velocidad y el estrépito de los coches.
Escribir el bosque
Escribir el bosque
Escribir el bosque
Este fin de semana volví al bosque y recordé cuánto me calma; quise quedarme allí, entre el verde profundo y los retazos de niebla que abrazan el silencio. Paseé entre los árboles, dejé que me envolvieran. Alguien vio una cierva cruzar la carretera; ese trazado estrecho y sinuoso que no puedes seguir con la mirada, porque se esconde y reaparece como lo hace el río; ese por el que puedes caminar sin temor a ser arrollada por la velocidad y el estrépito de los coches.